Amarillo

La obra más prestigiosa y menos representada de Carlos Somigliana sube a escena en el Teatro del Pueblo gracias a una acción conjunta con el Complejo Teatral de Buenos Aires, quien impulsa este proyecto como parte de las actividades que se realizan con motivo del 70 aniversario de Teatro Municipal.
El tema de la obra, que fuera un suceso en el medio teatral porteño, toma el efímero pero trascendente episodio de la historia de la República Romana que tiene a Cayo Graco, como protagonista y su hermano Tiberio, elegidos sucesivamente como tribunos de la plebe: representantes de los ciudadanos ante el senado, dieron voz y voto a los más desafortunados, a los plebeyos, impulsando la reforma agraria, la redistribución de los cultivos, planes de vivienda y, en fin, leyes sociales de tal trascendencia que, a pesar de su aparente derrota por parte de la aristocracia, cambiarían la historia para siempre.
Amarillo es un posible descubrimiento para el espectador de nuestros días: narra una historia ubicada en la República Romana, 123 años antes de Cristo y, sin embargo, es actual, interesante, porque a pesar de seguir puntualmente la historia de los Graco, trasciende lo histórico. Podrá descubrir la belleza de una palabra que debía ser rescatada, la potencia de una historia que no deja de contarse -lamentable e inexorablemente- en las sociedades inventadas por el hombre desde épocas remotas: la política, las acciones privadas con consecuencias públicas, las acciones de unos pocos que condicionan la subsistencia de los muchos, la necesidad de pertenecer a la clase dominante, las relaciones del poder, los círculos áulicos, las conspiraciones, la manipulación de la voluntad popular. Una obra que sigue reflexionando sobre ambiciones desmesuradas, mezquinas y sectoriales, pero también sobre utopías vigentes y seres luminosos, capaces de los máximos sacrificios por el bienestar común.

Andrés Bazzalo