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Programa Margarita Xirgu en el marco de Temporada alta a Buenos Aires

Tres fotógrafos entran en una casa de campo abandonada. Son exploradores urbanos, artistas de la nostalgia que fotografían y preservan lugares olvidados para que nadie pueda acceder a ellos y destruya la poca vida que aún resta en ellos.
En una habitación de la casa, encuentran una cámara de vídeo enfocando una cama mugrienta. El aparato funciona… Es una grabación de 2002. Una mujer con la cara amargada… no habla… hay cortes…ahora llora… ahora sonríe… una sonrisa extraña… parece que quiera decir alguna
cosa… Por fin habla:
“La familia. Esta entidad antigua inamovible, secular, sacralizada, respetada, llena de amor, de tradición, de generosidad, de cariño, de bien… El día que empezamos a morir es el del nacimiento de nuestros hijos. Ellos, pequeños, nos van devorando con sus bocas llamativas y exigentes. Sólo querría que supieran describirme cuando yo no estuviera allí. ¿Qué van a recordar de mí? ¿Quién se acordará de mí?”
¿Quién es esa mujer? ¿Está muerta? ¿Es una grabación póstuma?
Los tres fotógrafos especulan sobre su vida, su familia y los motivos que la llevaron a grabarse.
«Esta es mi esquela a los ojos del resto del mundo»
Una vida anónima en manos de unos desconocidos que se preguntan: Si los padres pueden grabar el nacimiento de sus hijos, ¿por qué los hijos no pueden documentar la muerte de sus padres?