Bernard Marie Koltés

(1948-1989) nació en Metz (Francia). En 1970 estudió dirección de escena y comenzó a escribir sus primeros textos dirigidos por él mismo. En 1976, tras una tentativa de suicidio y un proceso de desintoxicación de las drogas, escribe su novela “La fuite à chaval très loin dans la ville”. Se afilia al Partido Comunista de Francia que abandona cuando la URSS invade Afganistán. En 1977 escribe “La noche, justo antes de los bosques”, un verdadero arrebato en la cabeza, como el mismo lo define. Tras varios viajes a Latinoamérica y a África, escribe “Combate de negros y de perros”. Sus experiencias en Estrasburgo, París y Nueva York le empujan hacia el centro de las relaciones vitales de las sociedades capitalistas. Su obra empieza a ser considerada entre la crítica francesa y las puestas en escena de Patrice Chereau funcionan como pasajes de un teatro que asume su condición de contemporáneo. Con “Muelle Oeste” Koltès indaga en los límites de las ciudades y de la civilización, encontrando las marcas de otro tiempo histórico. En “La soledad de los campos de algodón” (1987) define el centro de esa nueva sociedad capitalista del consumo en donde la pregunta parece ser “¿por qué no existe nada en lugar de algo?” que hará Baudrillard diez años después. El retorno al desierto (1988) y, su último texto, “Roberto Zucco” (1989) suponen dos representaciones de la violencia: la que procede de la colonización y la que precede a la delincuencia. A través de su teatro es posible explorar la condición humana en el marco de una sociedad en la que el mundo concreto está sumido en la transparencia y la violencia. Su opción fue representar a los autores vivos antes que a los clásicos puesto que su proyecto era dialogar con nuestro tiempo. En el mismo mes en que cumplía 41 años dejaba este mundo, en 1989. Comenzó a escribir teatro muy tarde y en apenas diez años compuso media docena de obras imprescindibles para comprender la dramaturgia del final del siglo XX. Koltès ha sido el cronista de nuestro tiempo, un visionario fascinado por la vida llevada al escenario. Su teatro es la poesía urgente de los más desfavorecidos, una mirada hacia las relaciones humanas infestadas de intereses no confesables, un transitar hacia no se sabe muy bien dónde, por un camino lleno de violencia pero capaz de dejar un extraño resquicio a la belleza.