VERDUN Línea de mando

La “Gran Guerra”, o Primera Guerra Mundial, está por terminar. En un refugio de Verdun ya casi no queda nadie. Sin embargo, un padre recibe la postal de su hijo. A partir de ese encuentro epistolar la memoria es una vivencia incierta. Se escribirán postales desde una trinchera hacia otra, mientras esperan al enemigo. Cada carta postal será un fragmento de sus vidas: el padre que nunca se fue de Francia, el hijo que decidió partir a España para no verlo más. En ese imaginario otros personajes se yuxtaponen a este encuentro, como seres casi fantasmales: La Cartero Postal que no supera la muerte de su abuela y escribe y reescribe todo relato; La mujer del Soldado Alemán que busca una postal pintada por su esposo, allá, en las trincheras; El Violinista de Serbia que anda perdido entre cuerpos de mujeres mutiladas y aferrado a su violín; La Soldado del Ejército Africano, una niña huérfana que se alista como voluntaria para poder migrar. Desde el 14, el Hebdomadaire Le Miroir registra los sucesos de la guerra en el mundo, y en este momento decide convocar un Gran Concurso Fotográfico para todos sus lectores. A estas horas, la guerra ya dejó sus marcas, en medio del hambre y la soledad, toda persona es capaz de cualquier acto deshumano: heridas psíquicas.