Soy Sonia

Una mujer joven visita a un hombre que está en coma. Día a día le va haciendo un inventario de sus experiencias sexuales, como si ese relato cargara una vitalidad capaz de mantenerlo vivo, o incluso, de recuperarlo. Una extraña medicina que se va inoculando en cada encuentro y que va dibujando el mapa de una relación errática.
Como el movimiento violento que cambia una diapositiva por otra, cada visita es un golpe que intenta reanimar ese cuerpo inconsciente, inanimado como una fotografía.

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