Madre Coraje

Anna Fierling ‒la Madre Coraje del título‒ es una astuta vendedora ambulante quien, para sobrevivir, sortea hábilmente las diferencias entre católicos y protestantes para sacar partido de la guerra y del dolor humano. Y aunque obtiene beneficios, el precio que debe pagar es la vida de sus tres hijos.

Basada en la crónica de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre católicos y protestantes, Bertolt Brecht escribió Madre Coraje en 1939 para denunciar el advenimiento del nazismo, que estaba en el aire. Ya hacía tiempo que el autor había emprendido el largo camino del exilio, por lo que la estrenó dos años después en Suiza. Terminada la Segunda Guerra, Brecht volvió a montarla con el Berliner Ensemble, la compañía que había fundado con su esposa, la actriz Helene Weigel, quien se consagrara justamente por su interpretación de Madre Coraje.

El resultado fue una obra monumental, más allá de la coyuntura en que fue escrita. Con frecuencia, se le ha reprochado a Brecht que el personaje de Madre Coraje, quien lo ha perdido todo por la guerra, no aprenda la lección y al final continúe en la guerra. Sin embargo, Madre Coraje no debe aprender nada, precisamente para que el espectador sí pueda aprender. Es su incapacidad para aprender la lección llevada al extremo lo que provoca la incomprensión del espectador. El propio Brecht lo dejó sentado: “Lo que debe mostrar una representación de Madre Coraje es que, en la guerra, no es la gente pequeña la que hace los grandes negocios. Y que no hay sacrificio excesivo para combatir la guerra”.

UN MANIFIESTO POÉTICO

Madre Coraje hoy.
Porque Brecht siempre es hoy.
Porque Brecht es existencial.
Porque me intriga buscar cómo, desde el ayer, el autor nos dice cosas de nuestro cotidiano.
Creo que Madre Coraje es el símbolo de la alianza entre la guerra y el comercio, donde la codicia lleva a pérdidas irreparables.
Todo me resuena.
La guerra, la alianza y el comercio.
Grandes temas de candente actualidad.
Madre Coraje:
es drama con potencia.
Es manifiesto con poética.
Madre Coraje es mítica y necesaria.
Madre Coraje es una gran obra para este preciso momento.
Para hablar y respirar teatro de ideas, para gritar con vehemencia verdades universales que nos movilicen la vida que hoy nos toca.

José María Muscari

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