El faro del fin del mundo

En el rincón más austral de nuestro país, junto al Faro del fin del mundo, dos trabajadoras sexuales retiradas se ganan la vida alojando extranjeros de visita por la región. La península se ha plagado de norteamericanos y de rumores: una base militar estadounidense se instalaría de incógnito allí. Algo huele mal en el fin del mundo.