Bariona, el Hijo del Trueno

Esta funcion se realizara para juntar fondos en beneficio de Haiti.

Compañía Les Amateurs

La obra es un auto de navidad. Está ambientada en Bethaur, un pueblo a unos pocos km. de Belén, el 24 de diciembre. Nos presenta el drama de Barioná, jefe judío, frente a un mundo cada vez más corrupto por la ocupación y la explotación que los romanos ejercían sobre sus súbditos. Barioná se revela frente al Dios que lo permite y pide a sus hombres un juramento: no volverán a engendrar. Pero su mujer lo sorprende con una noticia inesperada: está esperando un niño.

En Barioná, alter-ego de Sartre, encontramos al hombre que ante el sufrimiento o lo incomprensible se vuelve escéptico y llega a negar la vida. Pero también, en el creador de personajes y situaciones de una profunda esperanza y una inmensa certeza, tenemos la posibilidad de acercarnos a un Sartre distinto, único, que afirma un significado para el dolor y una razón muy potente para querer la vida.

Contenido de la obra


Jean Paul Sartre crea en Barioná a un personaje que a lo largo de los ocho cuadros no deja de evolucionar, de contradecirse, de preguntar, de mirar. Y todo su camino es alrededor del gran tema del siglo XX: el sufrimiento, ¿nos quita la esperanza? “El mundo no es más que una caída interminable que no termina nunca de caer… todo ha ocurrido siempre para mal y la mayor locura del mundo es la esperanza.” Es la terrible conclusión de este jefe al principio de la obra, ante la injusticia, el avasallamiento, la denigración del hombre hacia el hombre. Pero a medida que se suceden las escenas, Barioná es espectador del gran suceso que niega la abolición de la esperanza: que un niño nazca. Es cierto, está por nacer su hijo, pero lo que irá transformando a este personaje es el súbito anuncio de otro gran nacimiento: el del niño que viene a decir a los hombres que el sufrimiento es parte de la bondad de la vida, que no hay ni un gramo de sinsentido en el dolor de los hombres, como le dice Baltasar más de una vez en los más preciosos diálogos de la obra: “Cristo sufrirá en la carne porque es hombre. Pero es también Dios y toda su divinidad está más allá del sufrimiento. Y nosotros, los hombres, hechos a imagen de Dios, estamos también más allá de nuestros sufrimientos en la medida en que nos parecemos a Dios”.


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