José María López es director del Kumis Teatro, grupo que, desde hace más de quince años, incorpora en sus espectáculos y en la investigación elementos provenientes de diferentes tipos de tradiciones orientales, siempre en la búsqueda de una forma propia. Este estímulo oriental no es fortuito ya que su director se ha formado en Bali (Indonesia) en la danza con máscaras, en el teatro de sombras, como así también en la música Gamelan.
Realizaron numerosos espectáculos como "Kalhedan" (1990), "Dewanee" (1992), "Antigona" (1994) y "Tres y Medio, Interiores" (2003) que continúa en cartel en Azul Limón, sala/estudio de López, en el barrio del Abasto.
Actualmente, el grupo se encuentra abocado a la investigación de lo que han dado en llamar “Proyecto Alep-Uruk, hacia una nueva gramática performática”. Este proyecto está integrado por tres performances: Lamashaxa (estrenada a fines del 2004), Digidramamancia y Klimatodramagenesis. En el marco de Tecno Escena 05, se propone la presentación pública del segundo momento de su investigación, centrado en la aleatoriedad o Digidramamancia por ser dentro de las investigaciones con nuevas tecnologías, “la parte más avanzada del proyecto”.
¿Qué significa para ustedes incorporar nuevas tecnologías en su investigación?
“El avance de la tecnología en el campo de la interactividad y su aporte a las artes performáticas permiten orientar nuestra búsqueda hacia un nuevo universo creativo, pero es necesario que prevalezca el factor humano frente a la tecnología y el arte se focalice en el arte para que la comprensión y el dominio de las nuevas herramientas, permitan un nuevo Deux ex Machina.”
¿Qué es el proyecto Alep-Uruk?
¿Qué es el proyecto Alep-Uruk?
“Para nosotros Alep-Uruk pretende contribuir a las teorías de las artes perfomáticas proporcionando el diseño de un lenguaje genérico, en cuanto a su contenido semántico, y a la vez susceptible de ser interpretado en tiempo real por performers (actores, músicos, bailaries, etc.). Este lenguaje sería definido por una gramática formal, y está basado en una unidad de acción denominada “Célula de Construcción Performática” (CCP) que facilita su manipulación mediante computadoras.
La CCP encuentra su origen en enunciados teóricos de Meyerhold (Basic Acting Action) y en la “Teoría de los Sentimientos” de C. Castilla del Pino, y nos da la posibilidad de conformar eventos performáticos que surjan de nuestra relación con los objetos, ya sean reales o virtuales, y formen parte de nuestro universo exterior o interior”.
Con la Gramática de Eventos Performáticos (GEP) se pueden generar scripts (guiones) partiendo del determinismo, la aleatoriedad o desde un sistema caótico.
De esta manera es posible invertir el concepto teatral de que aquello que acontece en la escena modifica unidireccionalmente al espectador, otorgándole al público, al azar y a la naturaleza la posibilidad de alterar el devenir de la escena, convirtiendo a la audiencia en actores necesarios del evento, en dramaturgos, en directores, en coreógrafos.
La música también es generada con esta nueva gramática, ya sea para acompañar al evento performático o para generar un evento musical independiente, que pueda ser ejecutado por músicos, cantantes en vivo, o por máquinas.
De alguna manera la Gramática de Eventos Performáticos (GEP) permite actuar sobre los diferentes componentes de un evento performático (actuación, música, iluminación, escenografía, etc.) borrando las fronteras entre el público y la escena, utilizando el desarrollo tecnológico como herramienta para potenciar la creatividad colectiva y la intercomunicación entre los hombres.”
¿En qué instancia de la investigación se encuentran?
“El Proyecto Alep-Uruk aborda la utilización de la (GEP) desde tres perspectivas diferentes. La perspectiva del determinismo fué nuestra primera investigación que la mostramos a fines del 2004 y se llamó Lamaxhaxa. En el determinismo tenemos un guión teatral y una partitura musical y eso pasa a la escena y de la escena pasa al público. En este caso hay una creación pre-determinada.
En la segunda parte del proyecto, que es la que estamos elaborando ahora y mostraremos en Tecno Escena 05, la perspectiva tomada es la aleatoriedad, el azar o Digidramamancia. Este término significa “Arte de adivinar el drama escrito en las huellas digitales”. En Digidramamancia se genera un guión teatral y la partitura musical extrayendo información de la lectura de una huella digital de alguien del público. Así se potencia la interactividad con los espectadores. Entonces, se parte de una huella digital que pasa a través de un software que me genera un guión, ese guión pasa a la escena y de ahí pasa al público. El guión es obtenido mediante el software especialmente desarrollado por Fernando Daniel García, nuestro programador y artista. Este software es transmitido a través de receptores inalámbricos y en tiempo real a actores y músicos en un lenguaje cifrado, quienes al ejecutarlo, dan vida a una performance única e irrepetible de un alto contenido poético.
En la última investigación del Proyecto la perspectiva será el sistema caótico: Klimatodramagenesis “drama generado por el clima”. Tengo un sistema caótico que sería el público, esa información generada en el público es capturada por sensores que pasa al software que me genera el guión que pasa a la escena y de ahí al público. Entonces lo que pasa en la escena retorna al público, influencia y vuelve a captar la información. Se retroalimenta continuamente.
El guión generado a partir de un sistema caótico es diferente del que puede ser obtenido partiendo de la aleatoriedad, la recursividad propia de la gramática con la cual trabajamos nos abre las puertas hacia un nuevo e inimaginado juego dramático, donde cada estructura básica puede, como en una imagen fractal, contenerse a sí misma y a todas las demás, y donde lo individual es a su vez lo universal.”
“Nuestro punto de partida no fue la tecnología sino lo artístico y la idea era tratar de desentrañar cosas absolutamente humanas. Cuando llegué a la conclusión de que podía combinar esas estructuras aleatoriamente empecé a delirar con la posibilidad de crear un software que tomara las huellas del público ya que en principio esto mismo yo lo trabajaba con un bolillero y sacaba runas. Las runas era las que componían el guión de manera artesanal.”
“Por otro lado hay algo que todavía no te mencioné y es el trabajo con los espirales, que son caminos o destinos. El primer espiral se llama Aleph Uruk pero hay otros en escena que según el momento cobran un valor diferente, son cuatro espirales que se entrecruzan. Estos espirales surgieron de una variación de una estructura básica y son recorridos que hacen los actores. En el determinismo a cada actor le corresponde un espiral o camino, es decir, cada uno de los actores solamente utilizaba su espiral o camino porque en el determinismo uno va a armando sus relaciones con los objetos u otros objetos con aquellas cosas que se te cruzan en tu propio camino. Pero, cuando entra el azar, éste puede imponer al sujeto relacionarse con un objeto que está en el camino o en el destino de otro, para lo cual, tiene que abandonar su propio camino para satisfacer ese deseo. Entonces en el azar todos esos caminos se hacen comunes.”
¿La forma se mantiene?
“Se mantiene la forma pero si yo tengo un espiral que me corresponde y el azar me impone que yo me relacione con un sujeto o un objeto que se encuentra en otro espiral, yo tendría para cumplir esto que abandonar mi propio espiral para satisfacer mi propio deseo. Tendré que entrar en el camino o destino de otro.”
¿Cómo se traduce esto en la escena?
“Es un dibujo en el piso. Lo que sucede es que las combinaciones de esos cuatro caminos o puntos son infinitas porque además de los cuatro caminos hay también encrucijadas (donde se cruzan dos o más caminos). Si yo sumo las opciones de caminos a tomar, ese número, me da treinta y tres. Es igual a la cantidad de runas que utilizamos.”
¿Para los actores es como aprender un idioma nuevo?
“Si, pero eso pasa con cualquier obra de teatro. Cualquier obra exige una preparación en especial.”
Sí. ¿Pero aquí cambia en cada función?
“Claro, hay una gran parte de creación en el momento. Justamente, estar presente en lo que está pasando, eso va influenciando o haciendo variar el estado o el sentimiento del actor, las relaciones o lo que vaya aconteciendo.”
“Hay que encontrar además nuevos medios de anotar ese lenguaje, ya sea en el orden de la transcripción musical, o en una especie de lenguaje cifrado.
En cuanto a los objetos ordinarios, e incluso al cuerpo humano, uno puede inspirarse, evidentemente en los caracteres jeroglíficos, no sólo para anotar tales signos de una manera legible, de modo que sea fácil reproducirlos, sino para componer en escena símbolos precisos e inmediatamente legibles”.
Antonin Artaud
Antonin Artaud
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